GÉNESIS
En los caminos del Señor
nos conocimos confluyendo todos en algún momento en la parroquia El Salvador y
en repetidas ocasiones surgió dentro de las conversaciones sostenidas, de
manera particular encontrándonos como amigos en el Peñol (Antioquia), ese impulso
interior de profundizar en la intimidad con Dios. Con el acontecer de los
días y compartiendo un mismo sentir, se decide entonces formar la comunidad con
quienes asistimos al retiro realizado el 30 de diciembre de 2010 en el convento
de las Hermanitas de la Anunciación ubicado en la ciudad de Medellín.
Leticia Pérez, Oscar
Naranjo, Liris López, Cecilia Gutiérrez y Rodrigo Romero dijeron “Si”.
La espiritualidad de la
madre María Berenice confirmó nuestra decisión y convencidos de que nuestro
primer apostolado es la oración y esta con un matiz de reparación e
intercesión, fijamos un primer horario para disponernos a realizarla. En
ese momento nuestro espíritu se ubica para intimar con Dios y encontrarnos como
hermanos, no hay distancia aunque físicamente nos encontremos separados.
Tiempo después, por la
orientación que se le daba al dialogo cuando nos encontrábamos, Oscar nos
sugiere el nombre de la comunidad: “Llama de Amor” y de inmediato lo
acogimos pues esta frase resume lo que debe de ser la vida del cristiano.
Inflamar de Amor el mundo, un apostolado muy amplio para ser realizado donde
cada miembro de la comunidad se encuentre, ayudado de los Corazones de Jesús y
de María.
Es así como transcurrido
un año de haber iniciado aquella santa aventura a la que se han unido los hermanos
William Ochoa, Piedad Carmona y Xiomara Ramírez, oficializamos los estatutos de
la Comunidad Laical Llama de Amor.
Respondiendo al llamado
que Dios nos ha realizado y basados en el estudio de la regla de San Agustín se ha definido el siguiente estatuto
con el objetivo de estructurar la comunidad y con la vivencia de tales
lineamientos brindarle gloria al Corazón
de Jesús y honra al Corazón de María.
“Ante todas las cosas, queridísimos hermanos, amemos a Dios y después al prójimo, porque estos son los mandamientos principales que nos han sido dados”. (1)
FIN Y FUNDAMENTO DE LA
VIDA EN COMÚN
Poseer una sola alma y un
solo corazón orientados hacia Dios.
Colocar a disposición de
la comunidad los dones espirituales que se han recibido de Dios para la
construcción de su reino.
Estar atentos a las
necesidades que puedan presentar los hermanos para practicar el amor comenzando
por los miembros de esta.
Permanecer en igualdad de
condiciones, distinguiéndose solo por las funciones que para un servicio en
particular por el bien de la comunidad sea llamado a desempeñar.
“Honrar los unos en los
otros a Dios, de quien habéis sido hechos templos”. (2)
ORACIÓN
El Primer Apostolado
“Perseverar
en las oraciones fijadas para horas y tiempos de cada día”. (3)
Dentro de las intenciones
de la oración de acción de gracias y de petición siempre estarán los
sacerdotes, la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural y
la comunidad misma comenzando por el hermano mayor.
Las prácticas a observar
son las siguientes:
Santa misa (domingos, días
de precepto y fiesta del Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María).
Visita al Santísimo
Sacramento (una vez a la semana).
Santo rosario (diario).
Oración individual (lunes
– sábado 5:00 a.m.)
Oración en comunidad
(sábados 3:00 p.m. – 6:00 p.m.)
Vigilia de oración en
comunidad (primer sábado de mes 8:00 p.m. – 11:00 p.m.)
Retiros espirituales
(trimestrales)
FRUGALIDAD Y MORTIFICACIÓN
Ayunar los días viernes
reemplazando una de las comidas por una porción de pan acompañado con
agua. (Seguir las indicaciones del
director espiritual de la comunidad). (4).
“Cuando alguno no
pueda ayunar, no por eso tome alimentos fuera de la hora de las comidas, a no
ser que se encuentre enfermo”. (5)
CASTIDAD Y CORRECCIÓN
FRATERNA
Guardar la castidad de
acuerdo al estado de vida (matrimonio o celibato para los solteros).
Evitar que se falte a la
virtud por falta de corrección. “Que no sea llamativo vuestro porte, ni
procuréis agradar con los vestidos, sino con la conducta”. (6)
USO DE LAS COSAS
NECESARIAS Y SU DILIGENTE CUIDADO
Procurar custodiar los
bienes materiales utilizados que la comunidad adquiera para el aprovechamiento material
y espiritual de todos.
DE LA PRONTA DEMANDA DEL
PERDÓN Y DEL GENEROSO OLVIDO DE LAS OFENSAS
Evitar entrar en disputas,
“de haberlas terminarlas cuanto antes para que el enojo no se convierta en odio
y de una paja se haga una viga”. (7)
“Cuando la necesidad de la
disciplina os obliga a emplear palabras duras al cohibir a los menores, si
notáis que en ellas os habéis excedido en el modo, no se os exige que pidáis
perdón a los ofendidos, no sea que por guardar una excesiva humildad para con
quienes deben estaros obedientes, se debilite la autoridad del que gobierna. En
cambio, se ha de pedir perdón al Señor de todos, que conoce con cuánta benevolencia amáis incluso a quienes quizá
habéis corregido más allá de lo justo. El
amor entre vosotros no debe ser carnal, sino espiritual”. (8)
CRITERIOS DE GOBIERNO Y
OBEDIENCIA
Obedecer al hermano mayor.
El hermano mayor debe
velar porque los estatutos sean fielmente cumplidos por todos los hermanos,
enmendar y corregir cuando no ocurriera así.
“El que os preside, que no
se sienta feliz por mandar con autoridad, sino por servir con caridad. Ante
vosotros, que os proceda por honor; pero ante Dios, que esté postrado a
vuestros pies por temor. Muéstrese ante todos
como ejemplo de buenas obras, corrija a los inquietos, consuele a los tímidos,
reciba a los débiles, sea paciente con todos, observe la disciplina con agrado
e infunda respeto. Y aunque ambas cosas
sean necesarias, busque más ser amado por vosotros que temido, pensando siempre que ha de dar cuenta a
Dios por vosotros”. (9)
Quienes hayan pasado el
periodo de un año en discernimiento, compartiendo con la comunidad y viviendo
sus estatutos, podrán solicitar al hermano mayor el ingreso oficial a la misma.
El hermano mayor puede ser
elegido cada dos años si fuese necesario por los hermanos que oficialmente
pertenezcan a la comunidad, dicha elección se hará por la fecha en que cumple
aniversario de creada o antes si el director espiritual de la comunidad lo
determina. (10)
El hermano que piense
retirarse de la comunidad podrá tener un discernimiento de seis meses por fuera
de esta, al finalizar dicho periodo tomará la decisión de permanecer o
retirarse definitivamente, en caso de que así fuera, devolverá la pañoleta con
la insignia que recibió el día de su ingreso oficial.
Si un hermano toma la
decisión de retirarse habiendo realizado el discernimiento por espacio de seis
meses y con el paso del tiempo desea regresar, será acogido de nuevo como un
hermano que apenas ingresa, con todo lo que esto implica, oficialmente será
miembro de la comunidad un año más tarde.
DE LA OBSERVACIÓN DE LA
REGLA
“Que el Señor os conceda
observar todo esto movidos por la caridad, como enamorados de la belleza
espiritual, e inflamados por el buen olor de Cristo que emana de vuestro
buen trato; no como siervos bajo la ley, sino como personas libres bajo la
gracia”. (9)
Leer y profundizar los
estatutos en comunidad cada seis meses.
(4), (10) Pbro. Mariusz
Maka.