Amado,
alabado y bendito sea en todos los lugares y por todos los hombres el Corazón
Eucarístico de Jesús y el doloroso e Inmaculado Corazón de María.
A
vosotros los Corazones de Jesús y de María, unidos y abrasados en amor, nos
consagramos por el tiempo y la eternidad.
Poned
en el lugar de nuestros débiles, pobres y fluctuantes corazones vuestros
Santísimos Corazones para vivir y morir, pensar, hablar y obrar en Ellos, a fin
de que nuestro pensar y obrar sean santificados con vosotros y en vosotros.
Cada
minuto, hora y día sean vuestros. Haced con nosotros, lo que agrade a
vosotros. No nos separéis de vuestro amor y ayudadnos a evitar todos los
pecados, para que seáis glorificados por nuestra vida.
Amén.